Esos días en los que solo subirías el volumen de la música a tope, te tumbarías a observar el techo y llorarías sin que nadie te viera. Los momentos en que preferirías meterte en una burbuja invisible y no salir en meses, para que corriera el tiempo fuera, sin moverte lo más mínimo.
Este es uno de ellos, así que imaginaré que me abrazas para siempre y creeré que el tiempo todo lo arreglará.